La llegada del calor y la espera hasta las ansiadas vacaciones siempre nos hace volver a plantearnos una cuestión: ¿y  si pudiera tener mi propia piscina en casa? Ya sea en el jardín o en la terraza, tener una piscina propia siempre es una idea muy tentadora y recurrente en estas fechas del año. Para quienes estén pensando en hacer este sueño realidad, ¡este post es para ellos!

Una piscina en casa puede aportarte bienestar, buenos momentos, tranquilidad y mucha diversión. Y si tienes niños, ¡mucho mejor! Tanto si tienes un jardín o terreno que quieres aprovechar, una piscina es una idea genial que también supondrá un valor añadido a tu inmueble. Así que, antes de ponerte manos a la obra y zambullirnos de lleno, lo primero de todo es conocer qué ventajas y desventajas supone tener una piscina en casa, qué tipos de piscinas hay y, más tarde, elegir los materiales y pedir un presupuesto.

Ventajas y desventajas de tener una piscina en casa

Antes de decidir si realmente quieres tener una piscina en tu hogar, es importante analizar los pros y los contras. Veamos:

Ventajas

Disponibilidad 100%. Tener una piscina en casa supondrá que siempre estará lista cuando lo desees: no tendrás que salir de casa, ni cumplir horarios, ni compartirla con desconocidos.

A tu gusto. Podrás personalizar tu piscina con los complementos que desees: toboganes, trampolines, etc.

Una opción de ocio perfecto. Las piscinas pueden ser perfectas para la celebración de fiestas veraniegas, cumpleaños y hacer reuniones y cenas familiares o con amigos. Por otro lado, también podrás usarla para ejercitarse o realizar sesiones de natación en ella.

El precio de construcción de una piscina va a depender de las características que se le añadan y de la calidad de los materiales.

 

Desventajas

Gastos extra. Evidentemente, la construcción y posterior instalación y permisos de una piscina en casa suponen una alta inversión.

Tu piscina, tu responsabilidad. Por supuesto, tú mismo serás el responsable de su mantenimiento constante en los meses de uso.

¡Cuidado con los niños! Es importante que, si tienes niños pequeños, personas de la tercera edad o mascotas, prestarle la mayor atención por el riesgo que supone para ellos. Así pues, deberás tomar las medidas de seguridad necesaria para evitar accidentes.

Tipos de piscina en casa

Podemos clasificar las piscina en tres tipologías: en primer lugar están las de obra, fabricadas principalmente con hormigón; por otro lado, tenemos las prefabricadas, donde destacan las de fibra de poliéster; y, por último, las desmontables, que pueden ser de diversos materiales (madera, resina, PVC o incluso hinchables). Pero ¿en qué se diferencian? Veamos una por una:

1. Piscinas de obra

Este tipo de piscinas son las más tradicionales. Son las que más tardan en construirse y permiten más alternativas que las prefabricadas, ya que pueden hacerse a medida y permiten tamaños superiores a 10 metros de longitud. Además, suelen ser muy robustas y resistentes.

Es recomendable que la piscina esté orientada al sur y que se encuentre lejos de árboles para evitar que se ensucie con las hojas que caigan.

Los precios de las piscinas de obras dependen de las dimensiones, forma/diseño y el tipo de materiales con las que se construya. En el precio medio hay que incluir, la licencia municipal, la excavación, la construcción y elementos como un foco de luz y una escalera de acero. A ese importe es necesario sumarle el mantenimiento anual (incluyendo el gasto de agua y electricidad) o la depuradora, que también pueden suponer un coste importante.

 

2. Piscinas prefabricadas

Las piscinas prefabricadas son una opción más económica que las de obra (el ahorro puede rondar el 30%) y cuentan con la ventaja de que se pueden instalar en pocos días. La desventaja de éstas que existen menos modelos disponibles entre los que elegir, sobre todo de tamaño y forma. 
Dentro de las piscinas prefabricadas encontramos un abanico de opciones según los materiales:

  • Piscinas de fibra de poliéster

Se fabrican de una sola pieza, son fáciles de mantener y tienen diferentes revestimientos, como la cerámica o el mosaico.

  • Piscinas de acero y liner

Esta opción está a medio camino entre las piscinas de obras y las piscinas prefabricadas, tanto en la instalación como en el precio. Se construyen con paneles prefabricados de acero galvanizado que se van uniendo, mientras que en el suelo se coloca una base de hormigón armado. Para el revestimiento suele usarse una lámina de PVC, conocido como liner. Tarda en hacerse como mucho una semana y se pueden instalar en áticos y terrazas por su peso reducido.

El tamaño de una piscina debe ir acorde con el tamaño del terreno y de la casa. Si vas a construir una piscina a medida, se puede hacer del tamaño que quieras.

3. Piscinas desmontables

Dentro de las opciones disponibles, las piscinas desmontables son la opción más económica, ya que no son permanentes como las anteriores, sino que se pueden desinstalar. Su estructura es elevada, por lo que no requiere ningún tipo de licencia. Además, se pueden encontrar diferentes opciones, según el material que se utilice:

  • Piscinas de madera

Son más resistentes que otras opciones y se puede elegir de pino o incluso de maderas tropicales.

  • Piscinas de acero o chapa

 

  • Piscinas de PVC o resina

Su estructura, de resinas o productos plásticos, son muy resistentes.

  • Piscinas de hormigón

Se construye con diferentes piezas prefabricadas de hormigón, con un revestimiento de liner.

  • Piscinas hinchables

Es la opción más económica de todas. Basada en una sola pieza, con esta opción basta hinchar la piscina y llenarla de agua para poder disfrutar de ella. Suelen tener diseños prestablecidos.

Y ahora…

Es fundamental que sepas que se construye una piscina particular en casa debe ser legal, así se evitarán futuros problemas y sanciones. Para ello, debes saber que hay normativas y leyes específicas a tener en cuenta. En primer lugar, habrá que revisar la normativa estatal, aunque la mayor parte de la legislación y normativa relacionada con la regularización de piscinas está unida a las Comunidades Autónomas y las corporaciones municipales, por lo que también habrá que estudiar esta parte. Un buen profesional te informará de todos estos aspectos para facilitarte la construcción. En el caso de las piscinas de obra, deberás contar con un experto que realice el proyecto para poder presentarlo y que se apruebe para llevarlo a cabo.
Una vez superados todos los trámites y finalizada la construcción, también es necesario tener en cuenta el mantenimiento. El agua debe estar siempre limpia y, aunque podemos encargarnos nosotros mismos de la limpieza y depuración del agua, ahorraremos tiempo si contratamos a un profesional. Un buen especialista revisará aspectos como el nivel de ph o el cloro.

¿Cuánto cuesta una piscina de obra?

Es difícil calcularlo, pues hay muchos aspectos que pueden variar en el presupuesto, desde el material hasta el tamaño. No obstante, podemos decir que el gasto comienza con la licencia municipal, que suele estar en torno a los 1.000 euros.  En cuanto a la piscina en sí, se puede hablar de una media de 10.000 euros (para un modelo de hormigón de 6×3). Además, también hay que sumar el precio del mantenimiento, que estará en torno a los 600 euros de media al año.

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