Los 7 errores decorativos más habituales y cómo evitarlos
Tomar decisiones en cuanto a la decoración de nuestra propia casa puede resultar… complicado cuanto menos y, por ello, a veces, podemos caer en errores decorativos. Decisiones que en teoría pueden parecer acertadas, pero que cuando las vemos hechas realidad ¡son un completo desastre!
Errores decorativos lo hay en abundancia en cualquier hogar normal: desde mezclar conceptos o estilos sin ton ni son, papeles pintados que saturan una estancia, poca luz, hasta puertas que chocan o luces demasiado bajas, son son algunas de los desastres decorativos más comunes que solemos cometer y que dan como resultado hogares sin personalidad ni coherencia. Seguro que en este momento, si miras a tu alrededor puedes ser capaz de detectar alguno, ¿verdad? Si quieres conocer cómo remediar estos y otros errores decorativos, en Mr House tenemos la clave. Sigue leyendo y descubre como ponerle solución a esas malas decisiones y conseguir una casa e-qui-li-bra-da. ¡Todo tienen solución!
Los 7 errores decorativos más comunes en cualquier hogar
1. Pintar o amueblar con tonos demasiado oscuros
Si estás pensando en pintar las paredes de alguna de las estancias de tu hogar en un color oscuro, keep calm & breath. Lo primero, antes de ponerte manos a la obra, es prestar atención a la cantidad de luz que entra en dicha habitación. Si resulta que ese salón, dormitorio o cocina es súper luminoso, ¡adelante! Pero si por el contrario no lo es, ¡cuidado! Los colores oscuros tienden a empequeñecer y podemos acabar con una sensación de encajonamiento y de que la estancia tiene menos metros.
Esto mismo sucede si colocamos un mueble oscuro. Estas piezas, aunque no sean muy voluminosas, pesan mucho visualmente hablando. Nuestro consejo es que, si aún así quieres seguir adelante con esta decisión, busques otros elementos que iluminen este mueble y lograr así un equilibrio.
2. Puertas que chocan o golpean
Este, más que error decorativo, es un problema muy común en muchas casas: no prestamos atención a las puertas y éstas se colocan con la abertura habitual en cualquier espacio. Es justo después, cuando empiezan a colocarse los muebles en la estancia cuando nos damos cuenta que la puerta choca con otros muebles. ¿Qué podemos hacer al respecto?
La solución ideal a estos casos son las puertas correderas. Sí, son una solución más cara y se necesita de un profesional que confirme que el grosor de la pared es suficiente para poderla instalarla pero, sin duda, son muy cómodas: ahorran espacio y solucionan este tipo de situaciones que tan frecuentes se han vuelto en muchas viviendas (y más con la tendencia a los pisos cada vez más pequeños en las grandes ciudades).
3. Mezclar demasiadas tendencias decorativas
Las revistas de decoración, Pinterest e Instagram son lugares donde todos encontramos inspiración y descubrimos las tendencias del momento. Eso es una ventaja, no cabe duda, pero hay que saber gestionar todas las novedades que podemos encontrar. Si mezclamos estilos de temporada, con estilos más clásicos, con piñas, cactus, flamencos, colores pastel o colores de moda, puede acabar siendo un caos. ¡Deja a un lado las tendencias flash y medito cuáles son aquellas que de verdad van con tu personalidad!
De la misma forma, tampoco caigamos en el error de comprarlo todo a juego y pesar que así acertarás. Puede que sea la forma fácil de no desentonar, pero caemos en el error de decorar estancias sin personalidad. Piensa que en la variedad está el gusto, siempre y cuando se muevan en un mismo estilo decorativo.
4. Demasiado color
A veces fantaseamos con ser más atrevidos y rompedores con la decoración de nuestra casa, ¿verdad? Puede parecernos divertido y “rompedor” tener un salón con un sofá amarillo y unos sillones verdes o azul eléctrico. Pero pasan las semanas y los meses y, junto al resto de cojines o cuadros, empezamos a sentirnos saturados. Es uno de los errores decorativos más frecuentes: no saber cuándo parar de mezclar colores y estampados una vez que hemos abierto la veda.
Nuestro consejo es que elijamos los colores con cabeza y, sobre todo, combinando con mucho cuidado las gamas más estridentes. Piensa que en ese salón o dormitorio vas a pasar muchas horas cada día y sí, te tiene que gustar y a la vez no cansarte.
5. Comprar muebles por impulso y ¡sin tomar medidas!
Ir de compras a buscar los muebles de tu nuevo hogar es un placer como pocos. Y qué felicidad cuando, por fin encuentras la cómoda o el sofá de tus sueños. Es casi inevitable llevársela en el momento, pero cuando llegas a casa te das cuenta de que… ¡no cabe! Con la emoción del momento se nos ha olvidado tomar medidas y ahora habrá que buscarle otro emplazamiento o directamente devolverlo.
Por eso queremos insistir en que, antes de salir de compras a por los muebles perfectos, primero, hay que medir el espacio donde queremos poner lo que necesitamos. Y, por supuesto, ir siempre con el metro en el bolso o el bolsillo cuando visitemos las tiendas (aunque muchos ya sabemos que ciertas tiendas ya disponemos de metros, papel y lápiz a la entrada 😉). También podemos optar por muebles modulares y, si tenemos posibilidad, encargar muebles a medida. ¡Así no te equivocarás!
6. Recargar las paredes
Cuadros, ilustraciones, fotografías, tapices de macramé… Todos estos elementos visten las paredes de cualquier estancia dándoles calidez y personalidad. Pero, al igual que antes te decíamos con los colores oscuros, debes hacerlo con moderación porque, de lo contrario, crearás un espacio donde prime un agobio excesivo.
Si quieres decorar las paredes del dormitorio o salón, elige solo una y deja el resto despejadas para compensar. Podrás, así, crear una composición y jugar con los formatos y formas, buscando marcos que creen esa unidad visual que equilibre el conjunto.
7. Equivocarse con las cortinas
Este elemento textil es imprescindible en cualquier hogar: tamizan la entrada de luz, preservan la intimidad y regulan la temperatura de la casa. Por eso, la elección de las cortinas es súper importante en la decoración. ¿Cuáles son las mejores o más adecuadas? Eso dependerá del tamaño de las ventanas y la cantidad de luz que entre por ellas. En líneas generales podemos decir que si tienes ventanales amplios, opta por cortinas largas. Por otro lado, si las cristaleras son de media altura, prueba con visillos, estores o paneles. En cualquiera de los casos, evita que llamen demasiado la atención o que sean demasiado opacas.