Dos de los problemas más importantes tienen que ver con ajustar el saldo del sistema de pensiones para que deje de perder dinero y con ajustar la cuantía de la pensión a la esperanza de vida real.

La solución para el primero de los problemas ha sido desvincular la revalorización de las pensiones del IPC a través del Factor de Revalorización Anual o FRA. Esto se ha llevado a cabo mediante un simple cambio en la forma en la que se calcula el aumento de las pensiones. Ahora se tiene en cuenta la diferencia entre la tasa de crecimiento nominal de la Seguridad Social y los gastos de las pensiones para ajustar su evolución a la de la economía y el propio sistema. Con esto, las pensiones subirán sólo un 0,25% cada año si el sistema está en déficit, independientemente de lo que haga el IPC. Es decir, los pensionistas pueden perder poder adquisitivo cada año, si el sistema no mejora.

Por el contrario, si las cosas van bien para la economía y las pensiones públicas, éstas pueden subir el IPC +0,5% para recuperar así parte del poder adquisitivo perdido.

El segundo problema se ataja introduciendo a partir del 2019 un Factor de Equidad Intergeneracional o FEI. Ahora mismo la pensión se calcula en función de los años cotizados, la edad de jubilación y la cuantía cotizada principalmente. El factor de equidad intergeneracional lo que hace es añadir la esperanza de vida al cálculo y revalorización de las pensiones.

Para que se entienda mejor, si cada vez vivimos más años se adapta lo que en teoría deberíamos recibir a esta circunstancia. A modo de ejemplo, si tenemos 30 euros para pasar un mes, lo lógico parece asignar un euro a cada uno de los 30 días. ¿Y si de repente en lugar de 30 días son 60? El cálculo cambia radicalmente y para estirar ese capital habrá que reducir lo que percibiremos cada mes.

El factor de equidad intergeneracional tendrá en cuenta la esperanza de vida de los nuevos jubilados en el momento de cobrar su primera pensión y se revisará cada 5 años.

El factor de sostenibilidad que entra en vigor en 2019 tomará en cuenta tanto el factor de revalorización anual de las pensiones como el factor de equidad intergeneracional de las pensiones.

Así, una definición del factor sostenibilidad de las pensiones podría ser la de la fórmula que adaptará la jubilación a las arcas del estado y la evolución demográfica del país para asegurar la sostenibilidad de las pensiones públicas.

Que supone el factor de sostenibilidad para las pensiones

Con la introducción del factor de sostenibilidad de las pensiones, éstas desaparecerán tal y como las conocemos. Este plan supondrá una serie de novedades que afectarán directamente a los pensionistas.

Uno de los cambios más sonados fue el aumento de edad para la jubilación, pasando de 65 años a 67. Otro de ellos será el número de años que se tienen en cuenta para percibir la cuantía, donde se contarán los últimos 25 años. Esto irá en aumento de manera paulatina hasta el 2022.

La ley que recoge esta normativa es la Ley 23/2013.

Junto a ello, se sumarán los cambios sobre cómo se calcula y se actualiza la pensión pública.