La reforma de viviendas siempre es un sector que se mantiene en auge. Uno de cada cuatro españoles asegura haber realizado reformas en su casa desde que en 2020 la pandemia nos obligara a pasar más tiempo en nuestros hogares y darnos cuenta de sus carencias. Desde entonces, un tercio afirma haberlas hecho en 2021 y parece que este año la tendencia se mantiene.

El verano es de las mejores épocas para emprender la reforma u obras en los hogares. No sólo porque es cuando los clientes pueden disponer de unos días de vacaciones, también porque, durante el año, hemos ahorrado para ello. La reforma de una casa o de un piso suele costar varios miles de euros, sobre todo si requiere de obras de gran envergadura, y es posible que no todos puedan pagar la reforma a “tocateja”. Es por ello que existe la posibilidad de conseguir una financiación de una reforma. De hecho, en estos dos años anteriores no solo se financiaron reformas, sino también decoración y equipamiento.

“En 2021 se realizaron en torno a 1,4 millones de reformas en viviendas, lo que supone un crecimiento de entre el 10% y el 12% respecto a 2020. También se recuperaron sobradamente los niveles de 2019″, cuentan desde la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac)

Tradicionalmente, tirar de los ahorros siempre ha sido la manera más extendida de pagar una reforma, sobre todo las de menor coste. Tanto más tras la hucha acumulada durante el gran confinamiento. Aunque echar mano de la financiación de una reforma es una alternativa que cada año —a excepción de 2020— ha ido ganando terreno. En 2021, el importe total de créditos al consumo fue de 28.420 millones de euros, una cifra que superó la de 2020 (26.600 millones), aunque sin recuperar los niveles previos a la covid (36.237 millones en 2019), según el Banco de España.

Por ello, hoy os contamos  tres simples trucos con los que conseguir pagar menos por la financiación de una reforma.

financiación de una reforma

 

¿Cómo podemos ahorrar en la financiación de una reforma de un casa?

1. Usar los ahorros para pagar una parte de la reforma

En la medida que el propietario se lo pueda permitir, conviene que el cliente use una cantidad determinada de sus ahorros para pagar una parte de la reforma. De este modo, tendrá que pedir menos dinero prestado para la financiación de su reforma. De esta forma, cuanto menor sea el importe sobre el que se calculen los intereses del préstamo, más baratas serán sus cuotas y menos habrá que pagar a la larga.

Por ejemplo, si la reforma de la casa cuesta 10.000 euros. Si se financia toda la factura con un préstamo al 5% TIN y se devuelve el dinero en cinco años, las obras costarán un total de 11.322 euros (contando con los intereses). En cambio, si se aportan 3.000 euros de los ahorros del cliente, el importe de ese crédito será más bajo (7.000 euros) y el precio total de la reforma se reducirá hasta los 10.925 euros, que son casi 400 euros menos.

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2. Contratar un préstamo lo más barato posible

Debería una máxima: hay que contratar un crédito que sea barato. Para ello, el cliente debe pedir financiación a varias entidades, comparar sus ofertas y negociar para reducir al máximo el precio del préstamo. Conviene fijarse no solo en el tipo de interés nominal (TIN), sino también en otros gastos como las comisiones, los seguros asociados, etc.

Una manera de saber fácilmente si un préstamo es barato es consultar su tasa anual equivalente (TAE), que es un porcentaje que refleja todos sus gastos: intereses comisiones… De media, según el Banco de España, los créditos para bienes y servicios (como reformar una casa) tienen una TAE media del 7,49%. Por lo tanto, lo ideal es contratar un préstamo con una tasa anual equivalente por debajo de ese valor.

“Es conveniente si se necesitan grandes cantidades de dinero, más de 50.000 euros, porque tiene un tipo de interés más bajo —no suele superar el 2% TAE— que los créditos al consumo u otro tipo de préstamo personal”, aseguran desde HelpMyCash.

 

3. Respetar los plazos al máximo

Esto debería darse por supuesto pero no está de más recordar que es recomendable que el cliente no alargue más de la cuenta el plazo del préstamo para pagar unas cuotas más bajas. Conviene saber que los intereses de los créditos se van generando mes tras mes. Por lo tanto, cuanto más tiempo se tarde en devolver el dinero, más caro saldrá el préstamo a la larga. En caso de impago, la entidad aplicará el interés de demora establecido en el contrato.

Es importante, eso sí, elegir un plazo que permita pagar unas cuotas asequibles. Lo ideal es que el cliente pueda pagar las mensualidades del crédito con un máximo del 35% de sus ingresos mensuales netos. Existen para ello diversas calculadoras de préstamos en las que se pueden hacer varias simulaciones y averiguar qué período de devolución debe seleccionarse para no superar ese límite.

Es más fácil verlo con el siguiente ejemplo: una persona contrata un préstamo de 10.000 euros al 5% TIN para financiar su reforma. Si lo devuelve en siete años, las cuotas mensuales serán de 141 euros y habrá pagado un total de 11.872 euros al finalizar el plazo (entre capital e intereses). En cambio, si el período de reembolso es de cinco años, las cuotas serán de 188 euros, pero el coste total del crédito se reducirá hasta los 11.322 euros (550 euros menos en intereses).

 

 

 

Por último, y si no te enteraste en su momento que el Boletín Oficial del Estado publicó hace unos meses el Real Decreto-ley 19/2021 con varias medidas urgentes para impulsar la actividad de rehabilitación urbanística dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y que ya en anteriores declaraciones las reformas en casa ya permitían desgravar parte de la inversión, pero la novedad este 2022 es que se añade el supuesto de obras de mejora de eficiencia energética en viviendas.

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