Segregar una vivienda: ¿una gran idea de inversión?
Cada vez son más los propietarios que buscan la oportunidad de generar ingresos mediante el alquiler o la venta de su segunda residencia o una vivienda heredada y la opción más consultada últimamente es la de segregar una vivienda en dos. ¿Qué significa esto? En términos urbanísticos segregar significa “dividir una inmueble grande para hacer dos viviendas más pequeñas” y de esta forma tener dos vías de ingresos en lugar de una sola”.
Este proceso, aunque muy aclamado tiene un gran ‘pero’: requiere la realización de una importante inversión inicial para la reforma, ya que ésta dará lugar a dos viviendas independientes que deben cumplir unos trámites para evitar problemas legales pero que, como explicaremos a continuación, puede proporcionarnos interesantes ventajas económicas. Generalmente, los objetivos que se persiguen a la hora de segregar una vivienda son, entre otros, la intención de alquilar o vender una de las dos viviendas y obtener unos ingresos extra; querer conseguir una mayor rentabilidad de inversión; entre otros. Pero también hay quien opta por esta modalidad por motivos “prácticos”, como destinar las viviendas a dos cónyuges que se separan o para ceder una de éstas a un familiar para cederle algo de independencia “controlada” -como en el caso los parientes más mayores-.
En Mr. House Real Estate sabemos todos los pasos y detalles a seguir en el proceso de segregación de una vivienda. Nuestros profesionales conocen los trámites necesarios y los posibles costes en los que se va a incurrir, así como las múltiples ventajas que ofrece llevar a cabo esta inversión. ¿Quieres conocerlos? ¡Sigue leyendo!
Ventajas de segregar una vivienda en dos
Como decíamos, existen diversas situaciones en las que es interesante segregar un inmueble en dos: necesidad económica o de espacio, búsqueda de inversión y obtención de una mayor rentabilidad, etc. Pero lo cierto es que, sea cual sea el motivo que nos lleva a segregar una vivienda en dos, los beneficios que aporta son muchos, siendo los más importantes:
✔ Disponer de una nueva casa para un familiar, la independencia de los hijos y familiares o herencias
Al dividir una vivienda grande en dos más pequeñas podemos ayudar a que, por ejemplo, nuestros hijos se independicen ante la imposibilidad de que accedan a una vivienda propia. También puede darse el caso de realizar la segregación de una vivienda unifamiliar para facilitar la repartición de la herencia en el futuro, dar la posibilidad de un espacio propio a un familiar con necesidad de “supervisión” sin tener que invertir en una residencia, etc.
✔ Gran reducción de gastos
Cuando los propietarios de una vivienda grande ya no necesitan tanto espacio para vivir -como cuando los hijos se independizan o se van a trabajar a otras ciudades- se plantean reducir los gastos de mantenimiento de el piso o casa y llevar a cabo la segregación de la vivienda en dos más reducidas como forma de ahorro, ya que hacerlo se convierte en una reducción de los gastos normales.
✔ Mejorar las posibilidades de alquiler o venta
Las viviendas grandes son más caras, por lo que tanto, tanto si queremos vender como si queremos alquilar, al reducir la superficie conseguiremos que el precio sea más bajo, ayudando a que se venda o se alquile más rápido. Además, vendiendo o alquilando cada parte por separado es seguro que aportaremos más incluso que una única propiedad grande.
✔ Obtener mayor rentabilidad de una inversión
Tenemos claro que al segregar una vivienda en dos se podrá alquilar o vender una o ambas partes obteniendo una mayor rentabilidad frente a tener una única vivienda. En el caso de que se produzca una venta, la rentabilidad puede llegar a alcanzar el casi 40%. En el caso de un alquiler, las rentas pueden incrementarse entre un 20% y un 30%.
Permisos y trámites para dividir o segregar una vivienda
Para realizar la segregación de una vivienda en dos o más es necesario llevar a cabo diversos trámites. Te los explicamos a continuación al detalle:
☛ Autorización administrativa
La concede el órgano correspondiente del ayuntamiento o la comunidad autónoma donde se ubica la vivienda. Es esencial que antes de realizar la reforma se compruebe tanto la normativa estatal como la Ley del Suelo, las normas de urbanismo de la comunidad autónoma y del ayuntamiento, y la Ley de Propiedad Horizontal. Estas normas las establecen los criterios de habitabilidad mínimos referentes a estancias y tamaños, que debe cumplir una vivienda para ser habitada. La Ley del Suelo y la Ley de Propiedad Horizontal exigen una autorización administrativa para dividir la vivienda.
☛ Permiso de la comunidad de vecinos
Será necesario el acuerdo de las 3/5 partes de los propietarios y que representen al menos 3/5 partes de las cuotas de participación. No obstante, si en los Estatutos de la Comunidad está ya recogida la posibilidad de dividir las viviendas no será necesario la aprobación de la Junta de propietarios.
☛ Redistribución de las cuotas de la comunidad
Al dividir una vivienda habrá que llevar a cabo una redistribución de las cuotas a pagar en la comunidad ya que se calculan en proporción a la superficie de cada vivienda y ésta ha variado, generando dos más pequeñas.
☛ Proyecto de obra y licencia de obra mayor
Un arquitecto será el encargado de realizar el proyecto de obra que contemple la normativa del Código Técnico de la Edificación, en cuanto a densidad de las viviendas y requisitos mínimos de habitabilidad. Las nuevas viviendas deberán disponer de una entrada independiente, de una superficie mínima y de aislamiento térmico y acústico entre ellas.
☛ Cédula de habitabilidad imprescindible de los inmuebles
Al finalizar la obra se debe tramitar la cédula de habitabilidad en el Ayuntamiento e inscribir los inmuebles en el Registro de la Propiedad.
☛ Escritura ante notario e inscripción en el Registro
Cada vivienda resultante deberá contar con su hoja registral propia y correspondiente. La división de dicha vivienda debe hacerse obligatoriamente en escritura pública para acceder al Registro de la Propiedad.