A la hora de comprar una vivienda es muy frecuente necesitar un préstamo bancario y muchos os preguntaréis: ¿debo pedir hipoteca o préstamo personal? Y, aunque se suele creer que una hipoteca es el único tipo de préstamo que puede servir para comprar una casa, lo cierto es que también existe la posibilidad de hacerlo a través de un préstamo personal. 

Contar con una educación financiera profunda a la hora de la compra de nuestra primera vivienda puede ayudarnos a diferenciar determinados términos. En este sentido, muchas personas desconocen cuáles son las distintas particularidades entre una hipoteca y un préstamo normal y corriente. Como expertos en el sector inmobiliario, siendo nuestra inmobiliaria número 1 en ventas en Madrid, hoy te contamos cómo diferenciar entre hipoteca o préstamo personal y cuál te puede venir mejor para comprar una vivienda según tus circunstancias.

Diferencia entre hipoteca o préstamo personal

Lo primero de todo antes de decidir entre hipoteca o préstamo personal es entender en qué consiste cada uno de estos préstamos.

  • El préstamo personal o crédito personal es una cantidad de dinero que el banco presta y que luego debe ser devuelto a plazos con intereses. En el caso de no poder devolverlo, el banco podrá promover el embargo de los bienes presentes y futuros de esa persona. Por lo general, este tipo de préstamos se suelen solicitar para comprar un coche, financiar los estudios o emprender un negocio, entre otros gastos.
  • La hipoteca, por otro lado, se pide cuando no se puede pagar la totalidad del coste de un inmueble. Para ello el banco adelanta ese dinero y posteriormente se irá pagando a plazos con intereses mediante la hipoteca. En este tipo de préstamo, el aval, además de todos los bienes presentes y futuros, también será la casa que se está pagando. Esto quiere decir que, en el caso de que no se pudiera seguir pagando, el banco tiene derecho a quedarse con la vivienda y a venderla para saldar la deuda.

La hipoteca se orienta exclusivamente a la adquisición de un bien inmueble, y es el mecanismo financiero adecuado a tal fin. Sin embargo, debe ser utilizada en consecuencia a unos factores que van más allá del hecho de si en el momento es posible o no asumir las cuotas.

Aunque la hipoteca se considera una deuda sana, lo cierto es que mensualmente va a suponer un coste. Si a esto le debemos sumar, por ejemplo, un préstamo personal para cubrir la parte de financiación que no cubre la hipoteca, los gastos, etc. tal vez el nivel de endeudamiento sea mayor del que realmente puede soportar nuestra economía.

Existen también otras diferencias entre estos dos tipos de préstamos:

El préstamo personal tiene un plazo de devolución inferior a las hipotecas.

Las hipotecas tienen un interés más bajo que los préstamos personales.

Los gastos de constitución son más altos en los préstamos hipotecarios.

La cuota mensual es más baja en las hipotecas, por lo que las condiciones en los préstamos personales son más duras.

Los trámites son más sencillos y rápidos en un préstamo personal que en una hipoteca.

Es importante saber que existe una tercera opción: el préstamo personal con garantía hipotecaria. Se trata de un crédito personal para adquirir un bien que no es una vivienda, pero con el que el deudor responde con un inmueble en propiedad. Es decir, en caso de impago, el banco podrá ejecutar sus derechos sobre esa vivienda. El crédito personal con garantía hipotecaria se suele pedir para obtener cantidades grandes de dinero que normalmente no se conceden con préstamos personales.

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El origen de las hipotecas

El ‘boom del ladrillo’ de finales del siglo y que se alargó a principios del siglo XXI, hizo que se incrementara el volumen de hipotecas de manera exponencial. Se vivió la época de dinero fácil en el que el acceso a las hipotecas era realmente sencillo, de hecho, mucho más sencillo de lo que es apenas 15 años después.

Si algo estamos aprendiendo en las últimas décadas, es que aquellos tiempos de economías sólidas que se mantenían en el tiempo ya no existen.

Como es obvio, y con la distancia de los años, además del tremendo resultado de la crisis hipotecaria, parece evidente que esta práctica tan extendida no parece muy acertada, teniendo en cuento los altísimos intereses. Sin embargo, entonces aquello parecía natural.

Es por ello que, en términos generales, un consejo que os ofrecemos desde nuestra inmobiliaria en Madrid, hay que entender la hipoteca como una herramienta para la financiación racional de una vivienda que sí podemos permitirnos, para la que tenemos dinero ahorrado suficiente como para cubrir la diferencia de financiación, y sobre la que estamos razonablemente seguros de que no supondrá un problema económico en cuanto a la amortización de sus cuotas.

¿Se puede pedir una hipoteca o préstamo personal a la vez?

En principio sí es posible combinar préstamo personal e hipoteca. Para saber si puedes pedirlos a la vez, existen muchos factores que pueden influir. Imaginemos dos escenarios.

En el primero de ellos ya tienes concedido un préstamo personal y quieres solicitar una hipoteca. En ese caso, el banco estudiará tus ingresos y tu estabilidad laboral para deducir si puedes hacer frente al pago de las dos cuotas al mismo tiempo. Si la entidad bancaria cree que no vas a tener problemas, te lo darán.

En el segundo escenario tienes actualmente una hipoteca y te planteas pedir un préstamo personal para la hipoteca. Es relativamente fácil que te concedan el segundo crédito, siempre y cuando tengas la capacidad económica para devolverlo. Ten en cuenta que es muy habitual que, durante los años que tardas en pagar la hipoteca, te puedan surgir otros gastos importantes para los que necesites financiación.

Como ves, este es un tema mucho más complejo de lo que podía parecer a priori. Si quieres pedir un préstamo personal para los gastos de la hipoteca, lo mejor es que consultes las condiciones que te ofrece cada banco para ambos tipos de préstamo y lo reflexiones con calma.

 

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